Una adecuada comprensión del mundo emocional en el tratamiento de personas con problemas de aprendizaje optimiza el que otro tipo de acciones puedan alcanzar sus objetivos con mayor facilidad. Los programas de modificación de conducta o las actividades dirigidas a la adquisición de habilidades motoras, cognitivas o sociales pueden verse en mayor o menor medida beneficiadas si a la vez, se atienden debidamente las necesidades emocionales del paciente.
La Arteterapia provee al equipo psicopedagógico un medio adecuado para acercarse a la problemática del usuario cuando las restricciones del lenguaje imposibilitan el acceso a su mundo emocional. La Arteterapia se distingue de un taller de plástica en que no es una actividad ocupacional o educativa. En Arteterapia no es tan importante la producción de objetos, más o menos decorativos, como el proceso mismo de creación artística.
En este proceso, juntamente con las capacidades cognitivas y motoras, se despliegan a la vez y de forma natural, otros potenciales del individuo que no dependen de su discapacidad. La capacidad apreciativa y de expresar emociones, el disfrute, la interiorización de conductas o el restablecimiento del equilibrio emocional. Reconocer estas capacidades y ayudar a potenciarlas, ayuda a mejorar la calidad de vida del usuario de Arteterapia.
La naturaleza no amenazadora de la actividad artística permite al usuario aproximarse a su terapeuta sin entrar por ello en niveles de ansiedad intolerables. La actividad no directiva que distingue esta forma de tratamiento, permite que aquellos que en otras actividades no pueden en esta si puedan.
El usuario de Arteterapia no tiene porque poseer capacidades artísticas de ningún tipo, ni siquiera las más básicas. Hacer una raya en un papel o imprimir con el dedo sobre un trozo de arcilla es suficiente como para empezar a establecer un proceso de trabajo donde, al ritmo que convenga, el paciente tendrá el espacio necesario para empezar a expresar de forma segura sus emociones y conflictos.
La capacidad contenedora de las imágenes hechas en presencia de un profesional de la Arteterapia, permite la emergencia de sentimientos insoportables, peligrosos o prohibidos… Sentimientos que, de no encontrar salida, quedarían bloqueados en el interior de la persona y muy posiblemente encontrarían de forma inconsciente vías alternativas de expresión menos deseables que los garabatos sobre un papel o las huellas de un dedo sobre el barro.
El psicoterapeuta por el arte ha sido educado para comprender las complejidades de los lenguajes no verbales, especialmente su habilidad para descodificar la expresión visual puede ser de gran utilidad al equipo psicopedagógico. En este sentido permite ayudar a una mayor comprensión de la realidad interna del usuario y consecuentemente optimizar en beneficio de este los recursos terapéuticos y educacionales del centro.
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Autor:
Carles Ramos i Portas, Director de Arteterapia, Metàfora
carles.ramos@metafora.org
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