Marina Català, arteterapeuta especializada en trauma habla sobre empatía
Conversación
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Marina Català estudió diseño de producto en Barcelona y trabajó en ello hasta que se dio cuenta de que pasar tantas horas delante de un ordenador no era lo suyo, así que hizo las maletas y se fue a Berlín. Allí estuvo como estudiante en la Universidad de Bellas Artes y fue cuando decidió que quería dedicarse a algo que englobara el arte y el trabajar con la gente. Así fué como descubrió el Arteterapia, que le permitía estar en contacto continuo con el arte y a su vez trabajar con las personas.
De modo que descubriste el Arteterapia en Berlín, pero viniste a estudiar a Metàfora.
En efecto, yo estaba viviendo allí y descubrí el arteterapia. De hecho estuve planteándome dónde estudiar, si en Berlín o en Barcelona. Pero finalmente decidí que era un estudio demasiado complejo para hacerlo en alemán porque intervenía mucha parte emocional y decidí hacerlo aquí. En ese momento yo vivía en Alemania y venía cada mes aquí a estudiar.
Cómo fue ese primer contacto con el arteterapia, ¿fuiste a alguna conferencia o había alguien que conocías que se dedicaba a ello…?
Bueno, realmente no lo recuerdo muy bien pero la descubrí allí en Alemania. Hice unas prácticas en un centro para gente con discapacidad, y estuve trabajando acompañando a una arteterapeuta llevando grupos de arteterapia con los usuarios del centro. Ella tenía una orientación antroposófica que es muy distinta a la nuestra, pero fué muy enriquecedor. Me enamoré del arteterapia, me siento muy privilegiada de dedicarme a esto. Que la gente venga y me confíe su vida me hace sentir… no sé cómo decirlo, es muy especial, es para mí una gran responsabilidad pero también tengo mucho agradecimiento porque realmente estas recibiendo cosas muy importantes de las personas, y que quizás no se lo han contado nunca a nadie. Cada usuario es un mundo distinto y de cada uno de ellos aprendo enormemente.
Y luego está el contacto con el arte, algo que toda la vida me ha apasionado y gustado. Pero que quizás en ese momento no era tan consciente de su potencial.
¿Crees que hace falta tener un carácter especial para ser arteterapeuta, cualquiera puede serlo? ¿Qué habilidades crees que es importante tener? ¿Se nace, se hace?
Bueno, son las dos cosas. Uno se puede hacer arteterapueta pero sí que es importante tener como una pequeña base ¿no? Una es la capacidad de empatía y la otra la capacidad de sostener. Pero también son cosas que uno se las puede ir trabajando en la misma formación.
¿Qué quiere decir sostener?
Pues poder sobrellevar situaciones difíciles porque a veces no es tan fácil sostener una situación complicada o de mucho dolor, a muchos eso nos asusta y para eso tienes que haberte trabajado mucho y poder estar muy sereno para poder sobrellevar situaciones que quizás en otro momento a uno le pueden desbordar.
¿Esto no se entrena? La capacidad de empatía y de sostener.
Bueno, se entrena pero sí que un poco tiene que estar. Es verdad que cuando uno empieza la formación se está muy verde. La formación en Metàfora es una formación muy intensa, no sólo a nivel curricular sino también a nivel emocional. Inevitablemente hay un crecimiento personal, aunque no esté especificado en el dossier, pero hay un antes y un después de Metàfora. Y en muchos casos la vida de las personas que pasan por aquí cambia. Les cambia su mirada: la manera de percibir al resto de las personas, la manera de percibir al mundo, la manera de percibirse a sí mismas, un descubrimiento de qué es lo qué quieren y a dónde quieren llegar. Y claro, esto sí que se entrena pero es verdad que tienes que poder tener esta capacidad mínima empática.
¿Qué es lo terapéutico del arteterapia? ¿Cuál es la clave de por qué funciona el arteterapia? ¿Qué es lo que hace que alguien vaya a mejor?
Bueno, un montón de cosas. Pero por ejemplo, con una terapia hablada en algunas ocasiones es más difícil conectar con la parte más inconsciente, todo se queda más en el intelecto. En arteterapia gracias a la creación artística uno puede expresar cosas que son más difíciles de controlar, así que mucha parte inconsciente se puede expresar a través del arte y queda así reflejada en la obra.
Por otra parte, algo que también es muy especial en el arteterapia, es la facilidad de poder tomar una distancia de las cosas. El proceso creativo permite poder ver las cosas que a uno le ocurren o le preocupan en una pieza externa a uno mismo, y esto puede ayudar a poder verlo desde la distancia, y ayuda a poder darte cuenta de qué es lo que sientes. De esta manera es más fácil poder entender o elaborar, ya que no te quedas enganchado a la situación.
Muchas veces es muy sorprendente, lo ves con los pacientes, que en muchas sesiones se quedan en el hablar, y hablar, y se queda uno enganchado en el pensamiento del problema. Pero cuando se le invita a crear, es el momento de creación lo que hace conectar el discurso con la emoción, por lo que se da la posibilidad de poder entender y sentir mejor lo que a uno le ocurre. Es a partir de ahí donde hay la posibilidad de poder mirar y elaborar, donde la persona puede encontrar otras formas, otras maneras. Y eso a veces en la terapia hablada se hace más difícil de conseguir, es más complejo.
Tienes razón en que, claro, intelectualizamos cuando hablamos. Además difícilmente se puede evitar y más cuando estas con otras personas porque están estas armaduras que nos ponemos, estas máscaras.
Sí, son defensas que nos ponemos y que de hecho nos protegen de sufrir.
Otro aspecto importante que ofrece el arteterapia es el hecho de que intervenga el cuerpo, tanto nuestros movimientos como el del usuario. En las terapias habladas eso es más difícil, —que se hace–, pero en arteterapia eso ya viene dado porque tú estás creando físicamente la obra, tu cuerpo está implicado en crear la obra. Y eso hace que puedas conectar muchísimo más a nivel emocional con todo eso que te está ocurriendo. Bueno, hay muchas más cosas, está además todo el tema creativo, lo que el arte puede dar ya de por sí.
¿Qué consejos les darías a las futuras estudiantes? Un consejo a todas las que están pensando en empezar a estudiar arteterapia.
Quizás, sobre todo, pensar que no es una formación cualquiera. Que es una formación en la que intervienen muchos factores, tanto personales como intelectuales y eso es muy importante para ser un buen terapeuta, como persona tienes que poder mirarte, trabajarte y entenderte.
¿Podríamos decir que tienes que estar dispuesto a que todo en ti cambie?
Si, y que estés dispuesto a que te sorprenda, a iniciar un viaje con muchas experiencias y vivencias fascinantes.
¿Tú trabajas con algún colectivo específico? Me imagino que trabajas con uno o varios colectivos porque una de las cosas que me han explicado es que aquí en España no os especializáis en un solo colectivo. ¿Con cuáles trabajas? ¿Cuál es la característica más especial de ese colectivo?
A ver, yo tengo como dos semi-especialidades. Un colectivo con el que he trabajo mucho es el infanto-juvenil.
También trabajo con personas que han vivido experiencias con trauma. Hice una formación de reprocesamiento e integramiento del trauma y desde hace bastantes años formo parte de un equipo especializado en el trabajo del trauma.
¿Qué características tiene trabajar con este tipo de personas con trauma?
Las personas con traumas son personas que acostumbran a evitar o a no conectar con esa situación traumática.
Las personas que han vivido una situación traumática —que en general son muchísimas— de alguna manera les es muy difícil conectar con esa parte, con ese momento de su vida, lo intentan evitar. Porque les duele demasiado entrar ahí. El arteterapia ayuda mucho, por todo lo descrito anteriormente y porque las experiencias traumáticas son sucesos que están guardadas en nuestro cuerpo no solo hay una memoria emocional sino que quedan a un nivel físico.
El trauma se vive de una forma física, un ejemplo, si a una persona cuando era pequeña se reían de ella en la clase, sufrió de bullying, y no pudo elaborarlo en la adultez, puede ocurrir que si tiene que enfrentarse a hablar en público empiece a ponerse nerviosa, empiece a sudar, a tener taquicardias… Todas estas son reacciones de nuestro cuerpo y que están grabadas y activadas desde nuestro sistema nervioso. En estos casos el arteterapia puede ayudar muchísimo a la hora de trabajar, porque nos da la oportunidad de expresarnos corporalmente, a la hora de crear interviene nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
¿En arteterapia es más directo llegar a esos momentos?
Es como una herramienta más porque, como he dicho antes, en arteterapia interviene el cuerpo. El cuerpo está trabajando allí y hay esa parte que uno controla menos a la hora de hacer la obra. Digamos que el arteterapia puede hacer que esa persona conecte más con ese momento, que es el objetivo, poder trabajar esa situación para poder elaborarla.
Y una vez que se elabora qué sucede.
Pues lo primordial es dar visibilidad a algo que ha estado escondido durante mucho tiempo y que muchas veces suscita culpabilidad, que enquista patrones de comportamiento, de pensamiento del tipo “Soy una persona que no me merezco tal o cual cosa”. Eso hace posible que haya un cambio.
Suscita al cambio, eso es importante.
Claro, el poder expresar, poder poner encima de la mesa lo que nos ocurre puede ayudar a la persona a elaborar para luego poder tomar decisiones por sí misma.
¿Se puede vivir del arteterapia?
Se puede pero es difícil. No te vas a hacer rico económicamente. Pero sí, se puede vivir de ello, y cada vez más.
Te tienes que buscar la vida ¿no? Te tienes que espabilar mucho.
Sí, no puedes estar quieta. Tienes que buscar… bueno yo creo que juntarse con compañeras es muy importante, asociarse a la ATE, estar en contacto continuo con otras personas que están en tu misma situación y no dormirse. Pero bueno, poco a poco nuestra profesión está más reconocida y es más fácil.
¿En qué crees que se diferencia la formación que se hace en Metáfora de la de otros lugares?
Pues yo pienso, sobre todo, que el acompañamiento desde Metàfora es muy especial, tanto a nivel de las tutorías y supervisiones, donde se está muy encima de los alumnos, se les acompaña y se les contiene muy bien; como también con los grupos experienciales que son muy especiales en nuestra formación, los GAT. Y vaya, en general, que es un equipo muy comprometido y que amamos nuestra profesión y estamos en continua evolución.
Para acabar, agradecerte tu tiempo, y antes de irnos, resume tu experiencia en Metàfora.
Mi experiencia personal en Metàfora fue increíble. Yo me llevé muchas cosas fascinantes de mi experiencia, gané en independencia, gane en autoestima, gané en muchísimas cosas.
Pero mi paso por Metàfora no ha terminado. Sigo aprendiendo mucho de mis compañeras de equipo y de las alumnas que pasan por aquí.
Muchas gracias a ti también.